Sueño un mundo

Maya Angelou 1928–2014

La humildad dice que antes de mí otros encontraron la senda. Soy una constructora de caminos. Para los que vendrán, me parece que yo voy encontrando la senda y ellos construirán los caminos. Eso me da humildad. El amor te da humildad.
                                                      — Maya Angelou

Nacida en St. Louis, Misuri
Maya Angelou creó una crónica imborrable de resistencia y resiliencia en su serie de siete novelas autobiográficas, iniciada con Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado (1969). No obstante, su camino hacia el éxito fue accidentado. Aunque la literatura clásica fue su refugio durante una niñez marcada por la herida del racismo, las dificultades económicas y el abuso sexual, Angelou cultivó otros intereses antes de dedicarse a escribir. Comprometida con la causa de los derechos civiles, fue coordinadora de la Conferencia Sureña de Líderes Cristianos en el norte del país desde 1960, tras mudarse a Nueva York. En esa década, los asesinatos de Malcolm X (1965) y Martin Luther King Jr. (1968) la afectaron profundamente.

Angelou comenzó a escribir Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado animada por su mentor James Baldwin. El éxito rotundo del libro marcó el comienzo de su celebrada carrera, que abarcó también la poesía popular. Fue condecorada con la Medalla Presidencial de la Libertad en 2011.

Impresión en gelatina de plata, 1988
© Brian Lanker Archive

Septima Poinsette Clark 1898–1987

Les diré a los niños del futuro que tienen que defender sus derechos. Sospechan que pueden hacerlo, pero siento que son como sombras bajo un gran refugio, y deben dar un paso al frente para defender ciertas cosas que son justas.
                                                      —Septima Poinsette Clark

Nacida en Charleston, Carolina del Sur
La educadora y activista comunitaria Septima Poinsette Clark inició programas de alfabetización y educación ciudadana que fueron vitales para el movimiento de derechos civiles en la década de 1960. Maestra de profesión, participó en 1920 en una exitosa campaña en Charleston, Carolina del Sur, por el derecho de los afroamericanos a enseñar en las escuelas públicas de la ciudad. En 1945, siendo maestra en la ciudad de Columbia, colaboró con Thurgood Marshall y la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color para lograr equidad salarial entre los maestros blancos y negros.

En 1956 Carolina del Sur prohibió a los empleados públicos pertenecer a organizaciones de derechos civiles. Clark fue despedida de su puesto en Charleston por negarse a renunciar a la NAACP. Fue contratada en Tennessee por la Highlander Folk School, un centro educativo progresista, y dirigió los seminarios cívicos de la escuela hasta que el estado la cerró en 1961. Clark continuó su labor cívica con la Conferencia Sureña de Líderes Cristianos y adiestró a muchos líderes comunitarios hasta retirarse en 1970.

Impresión en gelatina de plata, 1987
© Brian Lanker Archive

Lena Horne 1917–2010

No temas sentir toda la furia o el amor de que seas capaz, porque cuando no sientes nada, es la muerte.
                                                   — Lena Horne

Nacida en Brooklyn, Nueva York
La cantante y actriz Lena Horne desafió las barreras raciales para situarse como una de las artistas más populares de su generación. Tras debutar como bailarina en el Cotton Club de Harlem, fue vocalista en orquestas de jazz. Su éxito posterior como cantante de clubes nocturnos le propició una audición en Hollywood, y en 1942 se convirtió en la primera persona afroamericana que firmó un contrato a largo plazo con un estudio de cine importante, la MGM.

Luego de protagonizar los musicales con elenco negro Cabin in the Sky y Stormy Weather, sus oportunidades fílmicas se vieron limitadas por negarse a aceptar papeles estereotipados. Fue incluida en la lista negra durante la era de McCarthy, pero rehízo su carrera y estuvo activa en el movimiento pro derechos civiles. Cantó en la Marcha a Washington de 1963 y otras manifestaciones, e incluyó canciones de protesta en su repertorio. Su máximo logro profesional llegó en 1981 con un aclamado show unipersonal que le ganó un Premio Tony especial.

Impresión en gelatina de plata, 1988
© Brian Lanker Archive

Barbara Jordan 1936–1996

Parece que han menguado las oportunidades, en vez avivarse y mejorar. Pero creo que esa precisamente debe ser la chispa que te impulse a salir al mundo y actuar.
                                                  — Barbara Jordan

Nacida en Houston, Texas

Al ser elegida para el Congreso en 1972 por los votantes del 18vo distrito de Texas, Barbara Jordan se convirtió en la primera mujer negra del sur profundo del país en dicho cuerpo legislativo. De gesto serio y voz imponente, Jordan sobresalía entre sus colegas, fueran recién llegados o veteranos. Se distinguió en el Comité Judicial de la Cámara de Representantes durante el escándalo de Watergate con elocuentes alegatos para residenciar al presidente Richard Nixon. Al cabo de tres términos en el Congreso (1973–79), se retiró para enseñar ética política en la Universidad de Texas en Austin.

Jordan siguió siendo una ferviente defensora de la justicia. Como directora de la Comisión para la Reforma Migratoria en 1995, denunció una propuesta para negar el derecho de ciudadanía a niños nacidos en EE.UU. de padres indocumentados. Esto, declaró, “descarrilaría el tren de la libertad estadounidense”. Su poderosa voz quedó en silencio con su muerte en 1996, a los 59 años.

Impresión en gelatina de plata, 1988
© Brian Lanker Archive

Rosa Parks 1913–2005

Cuando la gente decidió que quería ser libre y pasó a la acción, hubo un cambio. Pero no podían detenerse en ese cambio. Hay que continuar.
                                                  —Rosa Parks

Nacida en Tuskegee, Alabama
Cuando llegó el momento en un autobús municipal de Montgomery, Alabama, en 1955, Rosa Parks estaba preparada. La costurera y miembro activo del capítulo local de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color había estudiado los principios de la desobediencia civil pacífica en la Highlander Folk School de Tennessee el verano anterior. Cuando se negó a ceder su asiento a un pasajero blanco, no lo hizo porque estaba cansada, sino porque estaba decidida a defender su posición ante una práctica de opresión racista.

El arresto de Parks por violar las leyes de segregación provocó un boicot contra los autobuses (liderado por Martin Luther King Jr.) que duró 382 días y culminó cuando el Tribunal Supremo declaró inconstitucional la segregación en los autobuses. La fama de Parks como ícono de los derechos civiles le costó el empleo y, tras continuas amenazas de muerte, se mudó a Detroit en 1957. Parks luchó sin descanso por la igualdad el resto de su vida.

Impresión en gelatina de plata, 1988
© Brian Lanker Archive

Leontyne Price nacida en 1927

El arte es lo único que no se consigue apretando un botón. Hay que lograrlo a la antigua. Trabajar hasta tarde y sin descanso. No hay concesiones. Los logros no tienen color.
                                                 —Leontyne Price

Nacida en Laurel, Misisipi

Con una voz que siempre arrancaba ovaciones resonantes del público, la soprano Leontyne Price fue la primera cantante operística afroamericana que logró el estrellato en nuestro país y el exterior. Tras estudiar canto en Juilliard, en 1952 recibió elogiosas críticas por su rol como Bess en una popular producción nueva de Porgy and Bess, de Gershwin. Luego figuró en la Tosca que transmitió en 1955 la NBC, convirtiéndose así en la primera cantante negra que estelarizó una ópera televisada. Su carrera continuó con aplaudidas presentaciones en teatros desde San Francisco hasta Milán.

En 1961, al debutar en el Metropolitan Opera como Leonora en Il trovatore de Verdi, Price recibió una ovación cerrada de 42 minutos. Aclamada por sus papeles en Cleopatra y Aida, fue una de las estrellas más brillantes del Met hasta su retiro en 1985. A su reputación como una de las artistas más admiradas en los escenarios de la ópera añadió varios premios Grammy por sus grabaciones.

Impresión en gelatina de plata, 1988
© Brian Lanker Archive

Constance Baker Motley 1921–2005

Lo que creemos imposible ahora no será imposible dentro de una década.
                                                 —Constance Baker Motley

Nacida en New Haven, Connecticut

Con una vida dedicada a lograr la justicia igualitaria, Constance Baker Motley rompió barreras como abogada de derechos civiles y jueza federal. Se graduó de la Escuela de Derecho de Columbia (1946) y desarrolló su carrera con el Fondo de Defensa Legal y Educación de la NAACP, ascendiendo de abogada asistente (1950) a asociada (1961). Fue ella quien preparó los informes jurídicos para el histórico caso Brown v. Consejo de Educación (1954) en torno a la desegregación en las escuelas y representó a la NAACP en otros litigios que lograron revocar muchas leyes segregacionistas.

Motley ganó nueve de los diez casos de derechos civiles que litigó ante el Tribunal Supremo de EE.UU. Una de sus victorias fue lograr la admisión de James Meredith a la Universidad de Misisipi (1962). Nominada por el presidente Lyndon Johnson al Tribunal de Distrito de EE.UU. para el Distrito Sur de Nueva York en 1966, fue la primera mujer negra que ocupó un puesto de juez federal.

Impresión en gelatina de plata, 1988
© Brian Lanker Archive

Alice Walker nacida en 1944

Amo esta tierra. La nación no me gusta tanto.
                                                 —Alice Walker

Nacida en Eatonton, Georgia

Cuando su tercera novela, El color púrpura, ganó el Premio Pulitzer de ficción en 1983, Alice Walker era la primera mujer afroamericana que recibía ese honor. La novela fue un éxito de ventas y, además de obtener el Premio Nacional del Libro, fue adaptada al cine por Steven Spielberg (1985) y llegó hasta Broadway como musical (2005 y 2015).

El trabajo de Walker destaca la lucha y la supervivencia de mujeres negras de carácter fuerte, reflejando la perspectiva “mujerista” que articuló. A principios de su carrera, encontró inspiración en la obra de Zora Neale Hurston, cuya voz potente y perspectiva de mujer negra sureña habían sido largamente ignoradas. Walker le dio nueva visibilidad al publicar una aclamada antología de su obra en 1979. Más recientemente, el legado de Walker se ha complejizado por su endoso a un prominente negacionista del holocausto judío y por su poema “Estudiar el Talmud”, que muchos consideran antisemítico.

Impresión en gelatina de plata, 1988
© Brian Lanker Archive

Sarah Vaughan 1924–1990

¿Practicar? Cuando estoy en escena, nada más. Cuando quiero aprenderme una canción tenemos ensayos, pero eso es todo. Es diferente cada vez.
                                                  —Sarah Vaughan

Nacida en Newark, Nueva Jersey

Cantante consumada, Sarah Vaughan se movía sin esfuerzo entre los mundos del jazz y la música pop. Tras debutar con la orquesta de Earl Hines en 1943, se unió al novedoso grupo de Billy Eckstine, donde recibió grandes influencias de estelares innovadores del jazz y el bop como Charlie Parker y Dizzy Gillespie. Trabajó brevemente con el grupo de John Kirby antes de lanzar su triunfal carrera de solista en 1946. La elástica y extraordinaria tesitura de contralto que desplegó en su primer éxito, “Tenderly” (1947), le ganó una legión de seguidores.

Colegas como Ella Fitzgerald consideraban a Vaughan el “talento vocal más grande” del mundo, y los lectores de la revista DownBeat la eligieron mejor cantante femenina seis años consecutivos (1947–52). John S. Wilson, crítico musical del New York Times, observó que poseía “lo que bien podría considerarse la mejor voz jamás aplicada al jazz”. Sus interpretaciones de música popular, desde los Beatles hasta Stephen Sondheim, también fueron brillantes.

Impresión en gelatina de plata, 1988
© Brian Lanker Archive

Beah Richards 1920–2000

Hay muchas películas por ahí que detestaría hacer, cosas realmente humillantes, degradantes para las mujeres. Les toca a las mujeres cambiar sus roles. Tendrán que escribir ellas mismas el material y llevarlo a cabo. Y lo harán.
                                                 —Beah Richards

Nacida en Vicksburg, Misisipi

Ganadora del Premio Emmy y nominada para el Oscar, Beah Richards cimentó una larga carrera interpretando sus personajes con una dignidad resonante. Creció en Vicksburg, Misisipi, en tiempos de segregación, y afirmaba que sus padres le inculcaron el profundo orgullo por su raza negra que la sostuvo toda la vida.

Tras lanzar su carrera teatral, Richards obtuvo su primer papel importante en una producción pequeña, Un paso gigante (1956). Su debut propiamente en Broadway llegó con un papel en El milagro de Ana Sullivan (1959), que luego repitió en el cine (1962). En 1965 fue nominada para el Tony por La esquina del amén, de James Baldwin. Su sensible interpretación en la película de 1967 Adivina quién viene a cenar le ganó amplio reconocimiento y una nominación para el Oscar como mejor actriz secundaria. También poeta y dramaturga, Richards fue elogiada por su show unipersonal Una mujer negra habla. Hizo su último papel fílmico en Beloved (1998).

Impresión en gelatina de plata, 1987
© Brian Lanker Archive

Shirley Chisholm 1924–2005

A pesar de todo, fui a la convención demócrata en 1972 y me presenté, y empecé a abrir camino para que las mujeres concibieran que pueden postularse [para la presidencia].
                                                 —Shirley Chisholm

Nacida en Brooklyn, Nueva York

La fiera independencia de Shirley Chisholm quedó subrayada en el lema de su campaña presidencial de 1972: “Sin precio y sin jefe”. Chisholm trabajó en la enseñanza de niños pequeños en Nueva York, pero se dedicó por completo al servicio público cuando fue elegida para la Asamblea General del estado (1964–68). Al ganar en 1968 el escaño de representante por el 12do distrito de Nueva York, pasó a ser la primera mujer negra en el Congreso de EE.UU. Durante sus siete términos (1969–83) se distinguió como firme defensora de los derechos civiles y opositora de la guerra de Vietnam. Cofundó la Organización Nacional para la Mujer y abogó con fervor por los derechos femeninos.

En 1972, Chisholm buscó la nominación presidencial por el Partido Demócrata. No tuvo éxito, pero su candidatura pionera planteó cuestiones importantes para los afroamericanos y las mujeres. “La puerta no está abierta aún”, dijo, “pero sí entreabierta”.

Impresión en gelatina de plata, 1988
© Brian Lanker Archive

Coretta Scott King 1927–2006

Me sentía bien sabiendo que mi vida tenía propósito y significado. Cuando lanzaron una bomba a nuestra casa en Montgomery, tuve que redefinir mi persona y mi vida. Me di cuenta de que podían
matarme y que era importante que [el movimiento de derechos civiles] fuera mi lucha también.
                                                 —Coretta Scott King

Nacida en Marion, Alabama

Coretta Scott King apoyó las campañas de su esposo Martin Luther King Jr. por los derechos civiles y la justicia social, y tras el asesinato de él en 1968, luchó por continuar sus iniciativas y asegurar su legado.En 1956 Scott King apenas logró salir ilesa cuando atacaron su casa con bombas durante el boicot contra los autobuses en Montgomery.En1968,cuando su esposo fue asesinado durante la huelga de los recogedores de basura de Memphis, ella encabezó con valentía una marcha en dicha ciudad. Con su respaldo, la Campaña de los Pobres iniciada por King Jr. continuó.

Luego de fundar el Centro Martin Luther King Jr. por el Cambio Social No Violento (1968), Scott King batalló por que se adoptara un día festivo federal en honor a su esposo. También habló contra la guerra de Vietnam y el apartheid en Sudáfrica, y abogó por la igualdad de la mujer. Más tarde, cuando muchos defensores de los derechos civiles miraban con recelo el movimiento pro derechos gay, ella lo vinculó a la causa de la justicia racial.

Impresión en gelatina de plata, 1988
© Brian Lanker Archive

Leah Chase 1923–2019

Si tienes prisa, solo cómete un sándwich y sigue andando. Ni empieces a cocinar, porque con prisa nada sale bien. Me encanta la comida. Me encanta servir a la gente. Me encanta verlos satisfechos.
                                                  —Leah Chase

Nacida en Nueva Orleans, Luisiana

Leah Chase, la indiscutible “reina de la cocina creole”, fue dueña de un restaurante, chef de renombre mundial y defensora de los derechos civiles. Después de ser mesera en locales “para blancos” en el barrio francés de Nueva Orleans, se casó con el músico de jazz Edgar “Dooky” Chase Jr. en 1946 y se integró al restaurante de la familia en Tremé, un barrio mayormente negro. Bajo su influencia, Dooky Chase’s Restaurant se transformó de “cafetería de la esquina” en un lugar formal, donde los afroamericanos podían apreciar la exquisita cocina regional y el servicio esmerado que les negaban los restaurantes exclusivos para blancos.

Desafiando las leyes de segregación, Leah Chase recibía clientes blancos y negros en Dooky Chase’s, uno de los pocos lugares de Nueva Orleans en la época segregacionista donde activistas de derechos civiles de todas las razas podían reunirse en público a planear estrategias. “En mi comedor cambiamos el curso de Estados Unidos mientras comíamos gumbo y pollo frito”, recordó Chase.

Impresión en gelatina de plata, 1988
© Brian Lanker Archive

Wilma Rudolph 1940–1994

Me decepcionaría mucho que me recordaran solo como corredora, porque siento que mi aporte a la juventud de Estados Unidos va mucho más allá de la mujer que fue campeona olímpica. El reto sigue en pie.
                                                 —Wilma Rudolph

Nacida en Clarksville, Tennessee

Once segundos exactos. Eso le tomó a Wilma Rudolph ganar la carrera de 100 metros y obtener la medalla de oro en las Olimpiadas de Verano de 1960 en Roma. La velocista de 20 años, conocida como “Skeeter” (“Mosquito”), había superado grandes obstáculos para llegar a la cumbre. De niña sufrió una serie de enfermedades que le causaron parálisis parcial en una pierna. Al cabo de años de terapia, aparatos y zapatos ortopédicos, no solo había recuperado la movilidad por completo, sino que corría como un relámpago.

Con su desempeño estelar en Roma en los 100 y 200 metros, así como en el relevo de 400 metros, Rudolph fue la primera mujer estadounidense que ganó tres medallas de oro en campo y pista en una misma olimpiada. A su regreso a Clarksville, Tennessee, quisieron hacerle un agasajo segregado. Ella se negó, y la festividad se convirtió en el primer evento racialmente integrado de la ciudad.

Impresión en gelatina de plata, 1987
© Brian Lanker Archive