Nacido Pastura, Nuevo México
A raíz del fallecimiento del escritor Rudolfo Anaya el 28 de junio de 2020, la National Portrait Gallery rinde homenaje a sus aportaciones indelebles a la literatura estadounidense. Nacido en el norte de Nuevo México dentro de una familia con raíces ancestrales en el suroeste del país, Anaya se dio a conocer como escritor durante el auge del movimiento chicano por los derechos civiles, que abogaba por el empoderamiento social y político de los mexicoamericanos y reafirmaba su cultura mestiza. En 1972 captó la atención nacional cuando la pequeña editorial chicana Quinto Sol publicó su primer libro, Bendíceme, Última, novela semiautobiográfica ambientada en el campo de Nuevo México durante la 2da Guerra Mundial. La trama se centra en un niño que, guiado por la curandera Última, comienza a entender los misterios de la naturaleza, la moral y la espiritualidad. Elogiada por su evocación lírica del paisaje nuevomexicano, su alternancia entre inglés y español, y su fresco relato de la experiencia mexicoamericana en el suroeste estadounidense, Bendíceme, Última es la novela chicana más leída de todos los tiempos. Se ha traducido a por lo menos ocho idiomas y en 2013 se adaptó al cine bajo la dirección de Carl Franklin.
En casi cinco décadas de carrera, Anaya cultivó una variedad de géneros literarios, como poemas épicos, cuentos, novelas de misterio y libros infantiles. Además de Bendíceme, Última, fueron premiadas sus novelas Tortuga (1979) y Alburquerque (1992), título que plasma la escritura original del nombre de la ciudad. Anaya también fundó el programa de escritura creativa en la Universidad de Nuevo México y apoyó a los escritores latinos en ciernes ofreciéndoles un espacio de retiro creativo en Jemez, Nuevo México. Recibió la Medalla Nacional de las Humanidades en 2016 de manos del presidente Barack Obama.
En 2015 la National Portrait Gallery invitó a Anaya a colaborar en la creación de un retrato encargado por el museo para representar su legado. Reflejando la importancia que daba en sus escritos a la familia, la tierra y el arraigo del individuo, contestó: “¿Mi retrato en la National Portrait Gallery? ¿Qué diría mi abuelo, ese hombre bueno que aró la tierra en el valle de Puerto de Luna? ¿Qué dirían mis ancestros? Es un honor demasiado grande, pero lo haré. Lo haré por ellos”.[1]
Gaspar Enríquez, viejo amigo de Anaya y otro pilar chicano (en las artes visuales), creó la obra, primer retrato de un latino encargado por el museo. En su estilo típico de grisalla con pintura acrílica en aerógrafo, Enríquez presenta a Anaya en su madurez, con el rostro sombreado por un peral de su patio y aire de introspección, absorto quizás en un mundo de ideas.
[1] Correo electrónico de Rudolfo Anaya a Kim Sajet y Taína Caragol, 20 agosto 2015.
